lunes, 10 de diciembre de 2012

Entrevista con el Premio Nobel de la Paz, la Unión Europea.


Querida Unión; ¿esta sorprendida por haber sido galardonada con este premio?
Inmodestamente, diré que me lo merecía.  Tuve incluso miedo de que obtendría este premio a título póstumo. 60 años de tormento con un montón de sinvergüenzas, y, finalmente, algún reconocimiento. ¿Quién más podría aguantarles? Antes de que llegase yo se saltaban al cuello en cada oportunidad. Fuí yo quien consiguió reunir a los franceses, alemanes y todos los demás bajo un mismo techo; soy para ellos como una madre adoptiva. Cuanto más se acercan, conocen y relacionan, más difícil les resulta pelearse.


¿El crédito es sólo suyo?
Por supuesto, no lo lograría sin la ayuda del Tío Sam, y más concretamente su Plan Marshall. Pero me refería a que fui yo quien hizo que Alemania y Francia hayan crecido, e incluso que actúen como un viejo matrimonio;  discuten de vez en cuando, pero también se aman. Fui yo quien le ofreció la mano a los españoles, los portugueses y los griegos cuando se deshicieron de sus generales. Fui yo quien acogió a los huérfanos del Comunismo.


Sin embargo, últimamente no estás en forma...
Es cierto. No merezco un Nobel en economía... El euro iba a ser nuestro hijo común, como una inversión en el futuro. Pero llegó la crisis y el niño casi nos lleva al divorcio. Pero estoy cada vez mejor!

¿Y como es eso?

Me han prescrito tres fármacos. El primero de mi banquero Mario Draghi, quien en septiembre, mientras estaba yo peleando con mi hipertensión, me prometió que , si es necesario, va a comprar deuda de los mocosos más mimados. Dijo que de alguna parte encontrará el dinero. Aunque hasta ahora no siempre haya sido así, confío en él.
A su vez, a principios de octubre, los buenos jueces  alemanes han acordado que al lado de mi cama haya siempre un desfibrilador,esto es,  el Mecanismo Europeo de Estabilidad - Si resulta necesario, una inyección de dinero en efectivo actuará como un chute de adrenalina.

¿Y el tercero?
Aquí es donde más sorprendida quedé. Ya sabes como es Angela,  mantiene  sus principios alemanes aun cuando todo a su alrededor se está desmoronando. Les entiendo, al fin y al cabo  han tenido su hiperinflación... pero eso fue hace 90 años! Pero al final resultó que Angela es también humana. Fue a Atenas a aydarles, pidiendo algo a cambio,como es natural ..casi lloro!
Así pues, creo que no va a haber divorcio. Una vez más, ella demostró que quiere que todos estemos juntos.


¿Bueno, y quién va a  recibir el premio en su nombre?
Bueno, aquí tengo un problema. A Noruega probablemente querría ir el presidente de la Comisión Europea. Pero también el presidente del Consejo Europeo y el Presidente del Parlamento Europeo. Tantos  presidentes y los pobres sirven para tan poco. Yo solía pensar que algún día iban a gobernar ellos en nuestra casa... y el hecho es que las decisiones más importantes se toman detrás de mis espaldas, entre los mayores mocosos. Ah que tiempos aquellos en los que valientemente me guiaba de la mano Jacques Delors! Un hombre de verdad! Él no permitiría que se me tratase como se me trata hoy. Él debería recibir el Premio Nobel en mi nombre.


Los maliciosos dicen que el próximo Premio Nobel de la Paz será para la Antártida, porque nunca tuvo una guerra...
A! déjales que sigan riendo...





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