Todos hemos visto la nube de polución que acechaba a la ciudad de Beijing la semana pasada. Como todos sabeos, el rápido crecimiento industrial chino ha tenido como consecuencia esto mismo; el deterioro de su aire. Sin embargo, de las 20 economías más grandes, quizas sea la china la que más esté invirtiendo en combatir la polución atmosférica.
En el 2011, China fue responsable de casi la quinta parte de la inversión mundial total en energías renovables, unos 52 mil millones de dólares.
De acuerdo al vigente plan quincenal chino para el desarrollo económico y social (2011-2015), el país gastará $ 473,1 mil millones en inversiones en energía limpia en este tramo temporal. La meta de China es tener un 20 por ciento de su demanda total de energía procedente de energías renovables en 2020.
Los aspectos económicos de la industria solar, tanto a nivel mundial como en China, nunca han estado peor, y parece no haber islas verdes en el horizonte. La falta de rentabilidad subyacente en esta industria está en agudo conflicto con con la meta antes mencionada. ¿Cómo pueden las empresas chinas seguir operando con pérdidas? ¿China continuará apoyando el desarrollo de la industria? Estas son algunas de las preguntas que los nuevos líderes del país se deben abordar al tomar el timón de este otoño.
EL IMPACTO DE LA AUSTERIDAD
Es evidente que las políticas de austeridad no están funcionando. Sin embargo esto se ha hecho más visible después de que dos organismos internacionales lo estableciesen, uno de ellos siendo el principal co-creador y defensor de tales políticas, esto es, el FMI.
La otra institución la OIT, ha dicho entre otras cosas que "La estrategia de austeridad y regulación se esperaba que condujera a un mayor crecimiento, lo cual no está ocurriendo[...] La estrategia de austeridad en realidad ha sido contraproducente desde el punto de vista de su objetivo de ganar la confianza de los mercados de la reducción de los déficits presupuestarios", algo que parecía evidente desde el primer momento; si algo se de economía es que no tiene ningún sentido implementar políticas económicas procíclicas en época de crisis.
ÁFRICA- CONCLUSIONES:
África
sufrió un profundo estancamiento en todos los niveles, que duró gran parte de
su historia post-colonial. Tras la emancipación de las colonias, lo más
codiciado pasó a ser el petróleo, los diamantes y la minería en general; la
carencia de buena tecnología y de medios de comunicación eficientes, dificultan
la explotación de dichas materias primas. Pese a ello, el continente ha sido
testigo de un resurgimiento del crecimiento, especialmente en el periodo
2002-2008, convirtiéndose en la segunda región de mayor crecimiento del mundo
que, en 2010, agrupaba 10 de las 15 economías de más rápido crecimiento. Este
resurgimiento no se limita a los países ricos en recursos, y está dando lugar a
un creciente reconocimiento de África como un mercado emergente, y un polo
potencial del crecimiento global.
Desde
el principio del nuevo milenio, África había mostrado un crecimiento económico
sin precedentes en su propia historia. Cabe decir que los retos de África son
mucho más amplios que el simple crecimiento económico, es más, pese a su
crecimiento económico sigue siendo insignificante su participación en la
economía mundial (con respecto al PIB mundial), por lo que hay mucho que
mejorar desde el punto de vista estructural. En esta última década de gran crecimiento africano,
cabe señalar dos circunstancias relevantes, que ha hecho disminuir en cierta
medida el crecimiento porcentual de África. El impulso africano se desaceleró
en 2011, por la contracción de la actividad económica en el norte de África,
producto de la inestabilidad política, además de los efectos persistentes
indirectos 2007-2009 de la crisis financiera en los países desarrollados. Desde
la crisis de 2008, el freno de las dinámicas de intercambios (de flujos de
capital y comercial) se ha ralentizado significativamente, África ha perdido
casi dos puntos porcentuales de su crecimiento (4,6 a 2,7); la ayuda oficial al
desarrollo se ha estancado lejos del 0.7% solicitado por la Asamblea General de
las NNUU (en 1980) y la inversión extranjera (no nacionalmente estratégica)
como la que ha emprendido China en el continente, ha disminuido.
La
crisis del la zona Euro (producto de la crisis financiera) influye de forma
negativa en África debido a que Europa ha sido tradicionalmente el destino
mayoritario de las exportaciones africanas (el 36,2% en 2012), además de ser la
fuente más habitual de demanda de créditos privados. Cabe decir que la Unión
Europea es el organismo, que con diferencia, más ayuda económica aporta a
África. Por otro lado, también es cierto que África lleva buscando desde el
principio del milenio una diversificación de fuentes de financiación y mercados
(lo que debería mitigar en parte la influencia de la crisis del Euro).
El
aumento de la inflación la cual ha sido generalizado desde el 2005, afectando a
la gran mayoría de los países (desarrollados, en desarrollo y los países menos
adelantados); tiene su lado positivo y su contrapartida. Hay que señalar que
porcentualmente, la mayor inflación a golpeado a África sistemáticamente. De
hecho, los datos muestran que África ha superado el 10% de tasa de inflación en
los años 2008 y 2009. El lado "positivo" de la inflación en el
continente africano, es que muchos países africanos han mantenido un fuerte
impulso hacia el crecimiento a través del aumento del precio en las
exportaciones del combustible y de las materias primas derivadas de la minería.
La contrapartida es para los países que carecen de estos recursos estratégicos
para el crecimiento, como el combustible, y del bien imprescindible para la
supervivencia de la población que son los alimentos. Muchos países africanos
presentan una dependencia de productos básicos de terceros países,
comprometiendo su balanza de pagos para hacer frente a sus importaciones. Cabe
decir, que en una economía mundial abierta, da lugar a una cierta tendencia
natural a los cambios en las corrientes y flujos del dinero; esto se explica
tan simplemente como que el inversor tiende a movilizar su dinero en función de
las expectativas de ganancia y siempre que estos movimientos no le supongan un
gasto superior a las expectativas futuras. Estos desbalances son especialmente
dañinos para países de bajos ingresos, especialmente en períodos como el
presente en el que la volatilidad de capital aumenta significativamente, porque
de ellos dependen los productos básicos alimenticios y las infraestructuras
para crecer. Un ejemplo claro, es que a partir de la crisis de 2008, una gran parte de los
inversores (y especuladores internacionales) han buscado refugio en activos
seguros (como son por lo general los alimentos y la energía), lo cual ha
aumentado sin duda artificialmente el precio de estos productos.
Por consiguiente, África se ve afectada por la
crisis de la deuda en la Unión Europea y el deterioro posterior en el entorno
económico mundial en varios frentes, en particular a través de los flujos de
comerciales y de capital. Sin embargo, África está a punto de superar tales
riesgos e incertidumbres. Durante más de una década, el continente ha
profundizado fuentes de crecimiento domésticas, y ha fortalecido tanto el
comercio interno como el comercio con las economías de más rápido crecimiento
(Asia y América Latina) fuera de Europa. Esto ayudaría a África a mitigar el
impacto en el crecimiento de un posible descenso en el comercio con la eurozona
(como hemos señalado más arriba).
A
pesar de la aceleración del crecimiento económico en África a lo largo de la
última década, sin embargo, el bienestar de los africanos en general no mejoró.
Los indicadores sociales señalan que sólo ha mejorado modestamente. Hay un gran
desempleo juvenil, y la desigualdad en cuanto ingresos se ha ampliado; más del
50% de la población viven con menos de un dólar al día. Esta desconexión entre el crecimiento y el
bienestar social requiere acciones políticas en muchos frentes.
África,
en última instancia, decide su propio destino social y económico. Su auge
económico es probable que se siga dando dentro de un contexto de alto desempleo
y una economía mundial vulnerable. Lo ideal sería que se diera una equidad en
la distribución de los frutos del crecimiento, para reducir el desempleo y para
resolver la inflación en la alimentación. Todas estas cuestiones para llevarlas
a cabo, requiere de un buen diseño de política macroeconómica estructural y
social.
África debe de no malgastar los
recursos (conseguidos, producto del aumento del precio en la exportación de los
productos básicos), y utilizarlos para transformar estructuralmente la sociedad
africana, de tal manera que la economía crezca en paralelo con la sociedad
progresiva. Si se realizan cambios estructurales que beneficien a las capas más
llanas de la sociedad (carreteras, hospitales, educación...), los beneficios a
nivel macroeconómico se verán con el tiempo. Por tanto, el desarrollo económico
sin el social se plantea imposible. Se hace necesario una reforma fiscal, en la
que se establezca un sistema de impuestos formal que pueda cubrir todas las
tasas de ahorro y de inversión de cada país, de tal manera que las prestaciones
para el desarrollo sean menos costosas por su elevado tipo de interés; los
políticos africanos deberían de establecer políticas más estratégicas y
competitivas, frente a las grandes multinacionales y estados que les ofrecen invertir
en su país a bajo coste; por tanto se hace necesario una política de
negociaciones, es decir, si las corporaciones quieren llevar a cabo una
inversión en África, el beneficio de dicha inversión tiene que favorecer de
forma equilibrada a los dos frentes (la corporación y el pueblo africano).
África
es un continente que ha crecido y sigue creciendo económicamente, por una serie
de mejoras tanto económicas como sociales, pero aún le queda mucho terreno por
avanzar. Es un continente que consiguió su independencia política pero hasta
ahora carece de autonomía política; ya que sus recursos estratégicos y
realmente importantes para el funcionamiento de la economía del mundo, está
bajo las grandes corporaciones que son las que dominan al fin y al cabo el
continente y de forma indirecta la política de África. África es un continente
con muchos recursos y si se llevara una política de negociación con las
corporaciones interesadas en obtener dichos recursos a un coste mínimo, sería
beneficioso para el pueblo africano que es el que más sufre, no la burocracia
política africana que son de alguna forma aliados (clientes) de los Estados
desarrolladas y de las corporaciones originarias de dichos Estados. África es
similar a la historia de América Latina en dos puntos en concreto: uno es que
ambos, han sido colonizados por las grandes potencias del momento y el segundo
punto es que nunca dejaron de ser colonia de estas grandes potencias pese a su
"independencia". Si eres una región rica en recursos, sobre todo si estos
son fundamental para el crecimiento económico (petróleo, coltán), corres el
riesgo de ser colonizado por alguna potencia. África es un continente rico,
pese a que en ciertas regiones sufren de carencias alimenticias a causa del
clima (en la zona del Sahel); Si se efectuara una buena gestión macroeconómico,
el pueblo africano sería el beneficiario directo. África es un continente
(valga la redundancia) con muchos recursos, y si hubiera una voluntad no sólo
de las autoridades africanas si no también apoyado fuertemente por NN.UU., se
podría efectuar una redistribución de las riquezas y financiar un cambio en la
estructura socio-económica del continente.
África
a nuestro pesar, seguirá creciendo que es lo positivo del asunto, pero seguirá
habiendo cientos de millones de africanos que vivan con menos de un dólar al
día; es más crecerá la desigualdad entre los más ricos y los más pobres. Y no
hay que olvidar la famosa deuda externa que sigue sin condonarse. Hay mucho por
hacer en continentes tan humillados históricamente como África (el pueblo
africano).
ALTERNATIVAS DE FUTURO
En esta presentación nuestros compañeros hicieron una comparativa entre el liberalismo y la social-democracia. Lo cierto es, que a todo el mundo, los modelos político-económicos escandinavos les parece algo digno de imitar o reconstruir en otros países. Quizás en otros pueda funcionar, con ligeros matices, sin embargo aquí, en nuestra querida patria, a día de hoy, no creo que pueda funcionar por varias razones.
En primer lugar, lo aceptemos o no, somos una sociedad individualista. El proyecto común nunca existió ni nunca va a existir, o al menos, no en un futuro inmediato. En nuestro país siempre ha existido una relación nosotros-ellos: Cristianos vs Musulmanes, Cristianos vs. Israelitas, Republicanos vs. franquistas, rojos vs fascistas, Nosotros vs, indios... y así sucesivamente. En nuestro país cada uno mira por lo suyo. Si somos el estado moderno con más guerras civiles!
En segundo lugar, nuestro espíritu picaresco hace que implementar un sistema así sea un reto.
ese afán por la trampa, el escaqueo y la chapuza tan propio de nuestro país, en el que no por casualidad triunfó hace ya cuatro siglos la novela picaresca.
En tercer lugar: No nos engañemos, lo conseguido por este País no siempre ha sido por mérito propio. Si hemos descubierto las Américas es porque, primero, geográficamente lo tenemos más fácil (somos una península orientada hacia el atlántico, colindante con los vientos elíseos) y porque se nos presentó un loco que estaba dispuesto a emprender tal viaje, el cual financiamos con prestamos de los sefardíes a los que despues expulsamos (para no devolver el dinero) en el mejor savoir-faire existente.
Hemos inundado el mercado europeo de metales preciosos, los cuales habilidosamente reinvertimos en medios productivos como...bueno,.. el monasterio de San Lorenzo del Escorial....
ya en la segunda mitad del siglo XX tuvimos la oportunidad de invertir los fondos de cohesión en industria, I+D, etc... pero nos dimos cuenta que era más fácil y mas rápido enriquecerse gracias a nuestro anticiclon, nuestra costa mediterránea y nuestra posición geográfica respecto al ecuador; esto es, la burbuja inmobiliaria.
El remedio tendrá que llegar, pero lo tendremos que encontrar nosotros, sin copiar modelos de sociedades tan distintas como las escandinavas. El cambio llegará, pero para mi ymis futuros hijos, será tarde.
LOS PAÍSES BRIC:
Lo que más me fascina del surgimiento de los países bric es su dispersión geográfica, exceptuando África, en esas 4 letras están representados todos los continentes habitados.
Quizas nosotros, los europeos debamos aprovechar más su puesta en escena; al fin y al cabo, uno de ellos tiene frontera directa con nosotros.